El gin tonic nació como una bebida casi medicinal, en la India, cuando los casacas rojas del ejército inglés comenzaron a beberla.
En tiempos no muy lejanos, cuando en España no había metrosexuales, y lo más de lo más era llevar un cadenón de oro sobre un torso velludo, un gin tonic, con su nombre (y su origen) inglés, era una bebida seria. De hombres, vamos. Una ginebra, Larios, normalmente, y si nos poníamos estupendos, una Gordon´s, una tónica cualquiera, hielo, limón y listo.
Como esto del alcohol es como la bolsa, que va fluctuando, se pusieron de moda otros licores: el ron, el tequila, el vodka, o el whisky, que siempre ha estado ahí. Y a los que pedían (pedíamos) ginebra con tónica en un bar , se les situaba en el escalón inmediatamente superior al de los bebedores de coñac o anís.
Pero hete aquí que la ginebra ha vuelto, y que ahora coinciden al pedirla tanto el joven gafapasta que viene de hacer cola por su iphone, como el señor que en su bar de toda la vida, se puede fumar un puro con sus amigos. Aunque esta última afirmación no es del todo cierta, ya que el diseño, la nueva cocina y otras mandangas han entrado de lleno en el mundo de los combinados.
Para empezar, si vas a un bar, quien te sirve ya no es un camarero, sino un bartender, reconocible porque va mejor vestido y peinado que la mayoría de los clientes. Además, si el local tiene posibles, te mostrarán una carta de ginebras y de tónicas, para que elijas la combinación más adecuada, y en algunos, incluso una carta de hielos (y no es broma).
Si pides una Hendricks, échale pepino, y una tónica QTonic, porque otras son muy carbónicas... o si eliges Citadelle, pues Fever Tree, frutos rojos, menta, Lima y jengibre. Y se llega a extremos como éste en el que, como si se tratase de un gazpacho (de ahí el título, qué bien traído, eh) has de entretenerte en ir apartando los tropezones para beberte el combinado.
Quizá se trate de una servidumbre de nuestra época, que lo complica todo para llegar al mismo sitio, o quizás los que sólo queremos una copa, refrescante, y con su punto justo de amargor, no seamos sino residuos de tiempos pasados en los que los teléfonos servían para hablar, y las cámaras hacían fotos. En fin...
Terminando...Ésta era la ginebra que tomaba Frank Sinatra,San Frank Sinatra . Añádale hielo, tónica y limón.. y ya está.
Si pides una Hendricks, échale pepino, y una tónica QTonic, porque otras son muy carbónicas... o si eliges Citadelle, pues Fever Tree, frutos rojos, menta, Lima y jengibre. Y se llega a extremos como éste en el que, como si se tratase de un gazpacho (de ahí el título, qué bien traído, eh) has de entretenerte en ir apartando los tropezones para beberte el combinado.
Quizá se trate de una servidumbre de nuestra época, que lo complica todo para llegar al mismo sitio, o quizás los que sólo queremos una copa, refrescante, y con su punto justo de amargor, no seamos sino residuos de tiempos pasados en los que los teléfonos servían para hablar, y las cámaras hacían fotos. En fin...
Terminando...Ésta era la ginebra que tomaba Frank Sinatra,San Frank Sinatra . Añádale hielo, tónica y limón.. y ya está.
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